Editorial

Condonar el CAE: prioridades trastocadas

  • T+
  • T-

Compartir

El compromiso del Gobierno de presentar el proyecto para un nuevo mecanismo de financiar y modernizar la educación superior antes de que se tramite el Presupuesto de 2025, ha alentado a quienes en el oficialismo aspiran a una total condonación para los deudores del Crédito con Aval del Estado (CAE). El Ejecutivo ha tomado distancia de esta última idea en más de una ocasión -pese a que algunas actuales autoridades fueron en el pasado firmes partidarias de ella-, y lo mismo ha vuelto a ocurrir ahora en el contexto de la negociación en torno a un pacto fiscal.

La reciente prueba PISA dejó en claro que los problemas de la educación chilena nada tienen que ver con la deuda del CAE.

Con todo, al igual que en otras materias, las señales de La Moneda han sido equívocas, pues donde unos ministros hablan de la necesidad de “avanzar en la condonación”, otros dicen que el diseño técnico del proyecto “está en construcción”. Hace sólo unos meses, ante una propuesta parlamentaria de condonación, el ministro de Hacienda advirtió un posible “efecto sistémico” sobre la banca, e incluso eventuales demandas contra el Estado por “vulneración del derecho de propiedad, tanto a nivel nacional como internacional”.

En esta oportunidad, el ministro enfatizó que los cambios en la materia no pueden ser a costa de otras prioridades, mensaje similar al de la CPC, que señaló que condonar el CAE parece inapropiado cuando “el país no crece y hay crisis en salud y educación”. En el propio oficialismo hay discrepancia entre quienes favorecen cumplir el compromiso del programa y quienes llaman a concentrarse en las preocupaciones ciudadanas, hoy sin duda dominadas por inseguridad, desempleo, crecimiento, y una doble crisis en salud y educación.

En efecto, el costo de financiar la condonación del CAE superaría los US$ 10 mil millones, recursos que un país en desarrollo como Chile no puede permitirse destinar a perdonar la deuda de quienes ya obtuvieron un título universitario bajo condiciones de crédito previamente pactadas, habiendo necesidades más apremiantes, y cuando muchos estudiantes ya han pagado puntualmente sus obligaciones. Sin ir más lejos, la reciente prueba PISA ha dejado en claro que los problemas de la educación chilena están en otros ámbitos, pues allí se están acumulando pasivos que ya hoy en día son un lastre para el desarrollo.

Lo más leído